domingo, enero 21, 2007

Cuba Quince.




Cansado y vencido retorno a éste lecho vacío, que antaño se regocijó de tu vida. El ruido de mis agotados pasos retumba como eco infernal en esta habitación que ahora me resulta tan hueca, sin tu calor, sin tu palabra, se acabó.

Sí, es ella, le dije al forence, luego quedé un poco atonito ante el macabro espectaculo, mi vida sin vida. ¿Cómo es que sucedió? ¿Cómo es que te fuiste sin un adios, sin un te quiero, sin un fatal te espero? El médico habituado tanto a su bata como a esta clase de preguntas retóricas solo me brindó su silencio, al igual que tú.

Justo en el cuadro central de esta copiosa ciudad, yacías pálida y maltrecha sobre la gélida plancha de metal, en los adentros de un sotano muerto, porque las cosas se contagian de su entorno, tomé tu mano con el anhelo de compartir tu frío, para que así te calara menos.

Mi pulso vital se volvió una línea recta, una infinita nada, un inerte espacio sideral me colmó de horror y angustia, en mi seno se engendró aquello tremebundo que sólo explica la palabra: inexplicable.

El miedo no emana de tu cuerpo putrefacto, él viene allá enfrente, en los días por venir llenos de tormentosos recuerdos, de inplacables deseos, de retorcidas nostalgias que carcomerán mis huesos, de lagrimas vanas que harán surco en mis mejillas, estando bajo el yugo inevitable de tu ausencia.

Tus labios resecos, tus ojos como dormitando, tu cuerpo endurecido, tu alma aún deslizandose en mi memoria, y en la imaginación Destino y Azar se carcajean socarronamente,

...lo que ella te dió,
ella te lo quitó,
nada era tuyo...


se burlan porque saben que todo lo que quise, que todo lo que amé, lo puse en ti, y contigo se irá, ni las cenizas quedarán en este limbo en el que me sumergido.

Será llevada al crematorio mañana por la mañana, comentó el forence en tanto te cubría de nuevo con la sabana blanca, me limité a contestar, que arda, que se inflame por ultima vez cada rincón de mi vida, que éste final sea poesia danzante entre las llamas, fuego inacabable como siempre lo fue.




Comments:
para que no le calara tanto...

asi es el frio....
yo por eso luego tiemblo... sin razon alguna... pareciera que nadie se percatara.... ese helado presagio...

genial post... creo hasta ahora mi favorito...

(mi corazon me recuerda que he de llorar...)
 
coincido con Gus, es una de las mejores entradas
 
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